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viernes, 10 de enero de 2014

Capítulo 3. "Lupus Clavem"


Lis se había ido con unas amigas y Justin se encontraba sólo, fuera tomando el aire cuando recibió la llamada de Daniella, al principio pensó en colgar para evitar que fuera un trabajo pero luego decidió cogerlo, no tenía otra cosa mejor que hacer.
Al oírla llorar se preocupó de verdad. Consiguió convencerla para que le dijera dónde estaba y sin pensarlo fue a por ella porque no le gustaba la noche en un bosque como el suyo.
Después de conducir a gran velocidad llegó y la vio como ida en medio de la carretera. Aparcó y salió del coche a todo correr hasta llegar a su lado y ver su aspecto le preocupó aún más.
-¿Qué te ha pasado? ¿Estás bien Daniella?
Ella estaba en estado de shock, le costó un poco reaccionar y ver que ya no estaba sola, pero aún así permaneció estática en mitad de la carretera apenas sin poder hablar, sintió el reflejo de la luna en el coche de Justin y pudo reaccionar un poco.
-Vámonos de aquí, por favor - le pidió Daniella llorando- Por favor, el lupus,..Ronald...
Justin asintió e intentó que caminara pero al ver que no se movía la cogió en brazos y la llevó hasta el coche. Una vez dentro ambos, condujo hasta su casa porque sabía que no había nadie y no iba a permitir que ella fuera a la suya en ese estado.
Entraron dentro con algo de dificultad. Justin sacó una manta y se la puso por encima. Se sentó en frente y la miró con atención, no sabía nada.
-¿Que te pasó Dani?- Preguntó en bajo.
Daniella miraba a la nada, todo era como un sueño, una pesadilla, su mente permanecía ajena a cualquier cosa que sucediese, cuándo Justin la había cogido en brazos se había sentido protegida, pero ahora, de nuevo, se sentía expuesta, temía que Ronald apareciese en cualquier momento, en su mente estaban clavados los ojos del chico, la mirada de lujuria, el modo que tuvo de sujetarla y forzarla. Le daba mucha vergüenza hablar de todo, y entonces miró sus piernas y vio la sangre, le había hecho más daño del que pensaba. Se apresuró a taparse del todo con la manta para que Justin no viese ningún rasguño y siguió mirando a la nada, era incapaz de contar aquello.
-Daniella, por favor- Susurró él. -Ahora mismo estarías insultándome. ¿Qué se supone que te pasa? ¿Qué hacías sola allí?
La chica no respondió enseguida, ocultó la cabeza en la manta y se dejó caer del todo en el sofá. Una vez protegida de la mirada de él, empezó a hablar y a contarle todo cuánto recordaba, aquella mirada, como no se había detenido, el dolor, la bofetada y cómo se había ido dejándola sola. Contarlo le hacía verlo de un modo más real y eso le dolía muchísimo, al final no era todo ese mal sueño que ella creía había sucedido, su virginidad que era algo muy preciado para ella le había sido arrebatada.
-Te llamé a ti porque no quería preocupar a Lis, y porque mis padres me matarían- dijo cuándo finalizó el relato y aún escondida entre la manta y el sofá.
Justin escuchó con atención todo lo que le decía. Todo eso que había pasado esa noche. No se podía creer aquello pero el mismo había visto a la chica abandonada. No sabía qué hacer, la habían violado y lo peor que podía hacer era tocarla, no quería que estuviera así.
-Tienes que denunciarlo- Dijo él serio. -E ir al ginecólogo cuanto antes, a saber que te puede pasar. Daniella yo no soy bueno para esto, nunca he pensado en violar a nadie pero debes hacerme caso, hablar con tus padres, la policía, el médico y Lis.
-¡No! - se apresuró a decir ella- No vayas a contar nada por favor, no pienso contar nada a nadie...Y mucho menos ir a la policía, si mis padres se enteran me matan.
-No puedes estar así, imagina que te quedas embarazada- Dijo él nervioso. -Vas a ir, digas lo que digas y si no lo dices tú lo diré yo y si es porque crees que él te puede tocar nunca va a pasar, le echarán del instituto y le pondrán una orden de alejamiento a lo mínimo.
-Cómo se te ocurra decir algo te mato - lo amenazó ella- No vayas a abrir la boca, es mi vida no la tuya.
Ahora que lo había contado el shock había desaparecido un poco y podía actuar con más lucidez. Se arrepentía de haber contado nada a Justin, se quitó las mantas de encima y empezó a buscar la puerta para irse de allí, quería volver a casa, estar sola y pensar, no soportaba más la presencia de Justin cerca, no podía.
Justin se puso en su camino, no estaba dispuesto a dejarla irse, no sabiendo todo eso.
-¡Joder Daniella! Que te he dicho que no te vas a ir de aquí de rositas, lo que te ha pasado es más que grave y no me da la gana.
-¡Que me dejes!-gritó ella- Tenías razón, estoy sola, y acabaré sola porque ningún chico se va a interesar nunca en mi ¡Tu ganas! Tenía que haberte creído, pero ahora sé que es verdad, no vas a abrir la boca porque no quiero que nadie lo sepa, y en caso de que lo hagas, lo negaré y él no será tan idiota de echarse mierda encima, quedarás mal tu y te buscarás un problema con Lis, así que déjame en paz.
-Por favor deja de comportarte de esta manera tan absurda, te han violado joder que eso no es para jugar y además eras virgen- Dijo él en un ataque de nervios. -Vas a ir al médico y no voy a permitir que ese salga ileso de lo que ha hecho, me da igual buscarme un problema con mi novia, ella haría lo mismo o peor.
-¡QUE NO JODER!-Gritó ella- Es mi vida, no la tuya, ocúpate de Lis y de tus asuntos, ni voy a ir al médico, ni voy a contar nada a nadie, no te tenía que haber llamado, ahora déjame irme.
-No te vas a ir de aquí- Dijo él molesto. -No hasta que recapacites, encima mírate, estás horrible y si te ven va a ser peor.
-Que me dejes irme de una puta vez - dijo Daniella gritando- No pienso contarlo a nadie, entérate de que es mi vida, y hago lo que quiero.
-No te vas a ir- Repitió él. -¿Sabes que pasa esta noche, no? El Lupus anda por ahí fuera y estás cubierta de sangre... no vas a salir, al menos esta noche.
-¿Qué pretendes que duerma aquí?- preguntó arqueando la ceja- No pienso quedarme, te agradezco que hayas venido a por mí, pero me quiero ir.
-No te vas a ir, no esta noche. Te quedarás aquí aunque sea a la fuerza.
Escuchar la expresión "a la fuerza" hizo que los ojos azules de Ronald apareciesen de nuevo en su mente. Se puso a llorar de nuevo y se apoyó en la pared mientras iba cayendo al suelo poco a poco. Volvía a notar las manos de Ronald recorriéndola, el dolor de los cuchillos, no podía más, era demasiado para ella.
No iba a contar nada, ya que sus padres la matarían y probablemente no la entenderían, Lis se preocuparía y montaría un drama, sólo quería que todo aquello permaneciese en secreto, que nadie lo supiese.
Ella había guardado su virginidad para la persona indicada aunque sabía que jamás sería posible con esa persona. Saber que pasaría la noche en casa de Justin la ponía bastante nerviosa, pero temía al Lupus.
Justin sabía que al fin se había rendido y que se iba a quedar allí. Sacó el móvil y buscó el nombre de su novia rápidamente mientras escribía.
"Mi amor, me he tenido que ir porque ha habido un robo cerca de mi casa y me habían llamado"
Esperó mientras veía a la chica llorar, no sabía cómo podía estar con ella en la misma habitación sin matarse el uno al otro.
"Justin me has dejado sola, esta me la pagas. Cuando puedas llámame, ya estoy en mi casa con todo cerrado"
Justin suspiró, se había enfadado y era normal pero en ese momento no era tan importante.
Se puso de cuclillas en frente de ella y la miró.
-Escucha, no te voy a tocar- Dijo despacio. -Pero a cambio vas a ir al baño, te vas a dar una ducha y luego te dejaré un pijama de mi madre, dormirás en mi habitación ¿Entendido?
-¿Y tus padres?- preguntó ella llorando aún.
-Están en casa de mis abuelos, no vendrán hasta mañana por la tarde así que puedes estar tranquila.
Ella asintió y se levantó como pudo. Quería que todo desapareciese a su alrededor, Justin le indicó donde estaba el baño y ella subió hasta él, tras decirle el chico donde estaba su cuarto también se fue y la dejó sola.
Danielle dejó que el agua se calentase mientras se quitaba la ropa y entonces entró en la ducha, intentó relajarse, ahogando sus lágrimas en el agua, ya no distinguía las gotas que procedían de la ducha y las que emanaban de sus ojos, ambas se fusionaban y empapaban su rostro.
Estuvo así un buen rato hasta que empezó a mirarse desnuda y volvió a recordar a Ronald, eso le hizo enrollarse en la toalla y salir rápidamente de la ducha.
Fue al cuarto que le había dicho Justin, cogió la ropa y la ropa interior y fue al baño a ponérsela. Luego se recogió el pelo en un moño y fue hasta la cama, pero no podía dormir, no sólo por Ronald, sino por el Lupus, siempre que este animal salía ella soñaba con él, nunca sabían que día del fin de semana saldría, solamente que era demasiado peligroso. Apagó la luz pero tuvo que encenderla rápidamente ya que veía ojos azules por todos lados, y en su mente resonaban los gemidos de Ronald, todo aquello iba a volverla loca, así que empezó a llorar de nuevo.
Justin había estado oyendo como la luz se encendía y apagaba, a la chica llorar en el piso de arriba. No se lo podía decir a su novia porque entonces se liaría la de Cristo. Después de un buen rato se levantó del sofá y fue a su habitación. Abrió con cuidado la puerta y miró el interior iluminado por la luz de la mesita de noche y a la chica llorando.
-Daniella deja de llorar por favor- Susurró él, no se reconocía ni a si mismo pero ese momento le superaba. -No puedes estar así toda la noche.
Miró a la puerta aterrada pero al ver que era Justin se relajó. Le pedía que no llorase pero él no había pasado nada de lo que estaba pasando ella.
-¿Qué quieres?¿Qué monte una fiesta?- preguntó con la voz ahogada por el llanto- No es sólo por lo de esta noche, es por todo, llevabas razón, acabaré igual de sola que estoy ahora.
-No esas sola, tienes a Lis y a tus amigos- Aseguro él. -Se que te dije muchas cosas, pero no lo pienso del todo, vas a estar bien y conseguirás a alguien que te merezca.
"Sí, a ti va a ser imposible conseguirte" pensó, lo cual hizo que llorase aún más. Cuándo se peleaban lo pasaba mal pero de ese modo lo pasaba aún peor, lo tenía cerca no lo podía abrazar. Muchas noches lloraba deseando ser Lis, poder estar en su lugar.
-No Justin, no lo digas ahora por quedar bien - le dijo despacio.
-Daniella no lo pongas más difícil, estás mal y ves todo negro, acabas de pasar por algo horrible y lo entiendo que estés así pero ya te digo que con esa mentalidad si te quedarás sola.
-Si no puedo tener a quien quiero, prefiero quedarme sola - dijo ella despacio-
-¿A quién quieres?- Preguntó confundido. -¡¿Quieres a alguien y estabas con Ronald?!- Exclamó molesto.
-No te lo voy a decir - respondió Daniella mirando a las sabanas- No se lo he dicho ni siquiera a Lis... Sí, estaba con Ronald, tenía que darte en la boca y hacer que te tragases tus palabras, pero al final me las tendré que tragar yo.
-Eres una completa estúpida, si me lo hubieras dicho nunca hubiera permitido que apostaras, no hubiera pasado esto- Dijo enfadado dando un golpe a la pared. –Así que si no te hubiera dicho nada estarías en tu casa sin ningún problema, muy irónico todo.
-Y tú eres un idiota -se defendió Daniella - No te iba a decir nada ¿Para qué? ¿Para qué me sintiese aún peor?
Justin suspiró, al final resultaba que era prácticamente su culpa aunque indirectamente. La habían violado por una apuesta sin sentido, se sentía aún peor que antes, no se creía que eso estuviera pasando. La miró despacio, estaba indefensa y temblando, no se podía acercar, ni siquiera eran amigos, era más enemigos. También estaba que él tenía novia y no iba a darle falsos motivos para que se preocupara.
-No deberías haberlo hecho, eso es todo. Ahora duerme, si tienes frío hay alguna manta en el armario.
Ella negó con la cabeza, no iba a dormir con el lupus suelto, y muchísimo menos después de lo que había pasado, tenía mucho miedo a que apareciese Ronald en cualquier momento, aunque sabía que no era posible esa idea seguía atormentándola.
Levantó un momento la mirada, solo fueron unos segundos, le bastaron para mirar sus ojos miel y luego volvió a hundir la cabeza entre sus piernas. Hacía tanto tiempo que lo quería que ya se había acostumbrado al dolor de no tenerlo, pero estar con él de ese modo, sin discutir, la mataba aún más por dentro.
-No puedo dormir, no cuándo el Lupus esta suelto - susurró- Tu ve y duerme.
Era cierto, estaban en una de esas noches donde el Lupus amenazaba con aparecer y matar a cualquiera que estuviera cerca de él en ese momento. No sabían mucho de él, en realidad era poco, pero todos lo creían porque siempre moría alguien en esas fechas y todos tenían miedo de que uno de ellos pusiera ser el siguiente.
-Aquí no va a entrar- Dijo él muy convencido. -Además yo no tengo sueño, desde pequeño no duermo estos días vigilando que mis padres estuvieran bien.
-Yo tampoco tengo sueño - dijo ella despacio- Sé que no nos llevamos bien, y que...bueno todo lo que ha pasado, las peleas y eso, pero si ninguno vamos a dormir me gustaría que te quedases o que bajemos al salón...No quiero estar sola, tengo miedo...
Le fastidiaba admitirlo pero era así, tenía miedo del Lupus y de Ronald, aunque el miedo hacia este último no lo haría notar a Justin, no quería tragarse más su orgullo.
Justin asintió y dijo de quedarse allí porque era más seguro que estar abajo, además tenía llave, la cual echó y luego se sentó en una silla acercándose a la cama para evitar tocarla y agravar el asunto.
-Tú tendrías que dormir- Sugirió. -Lo necesitas y yo estaré aquí al lado.
Daniella volvió a negar con la cabeza, no podía dormir, los ojos azules de Ronald estaban en su mente y temía revivir aquella experiencia aunque fuese en un sueño.
Se tumbó en la cama por hacer algo, no sabía muy bien que decir, el silencio era incómodo entre ambos que sólo se habían dado una tregua momentánea.
Tenía que estarle realmente agradecida por lo que había hecho por ella, ese gesto había hecho que lo quisiese aún más, entonces el dolor también se hacía mayor, ella nunca podría tenerlo, él era de su mejor amiga y se odiaba por pensar en eso también.
Miró sus ojos miel antes de cerrar los suyos, no quería dormirse, tenía miedo por todo pero al final el sueño acabó por vencerla.
-Gracias por todo Justin - susurró antes de caer rendida del todo.
Justin la observó durante toda la noche, nunca había estado así con alguien, ni siquiera con Lis, nunca había dormido con ella, no quería ella. Se movía en la cama, sabía que era una pesadilla pero no iba a despertaba, decía el nombre del chico que le había hecho daño y sintió que quería matarle, no por ella sino por hacerle eso a alguien, a cualquier chica había que respetarla en eso y más si era la primera vez. Sintió pena con ella, sabía que se cerraría en banda a cualquier clase de amor y que tendría miedo toda su vida pero él no podía hacer mucho, sólo eso: vigilar para que durmiera a salvo esa noche.

***

Muchas gracias a todos los que han empezado a leer esta novela y que seguirán con nosotras hasta el final. Sabemos que lleva poco, pero cada comentario y RT cuenta, por lo que si podéis dejar las dos cosas, o aunque sea un RT sabremos que estamos escribiendo para alguien y que no lo hacemos en vano.

Nuevamente, muchas gracias por haber leído estos dos capítulos.

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